La Parroquia de San Francisco Solano ha celebrado una emotiva misa de envío de los misioneros montillanos que, en unas horas, partirán hacia Perú para vivir una experiencia misionera de casi un mes. Movidos por la fe, su objetivo es ejercer la caridad, vivir el amor con los más necesitados y llevar el mensaje de Jesucristo.

A los pies del patrono de Montilla San Francisco Solano, que dedicó su vida a las misiones, los montillanos Blanca Lucena y Miguel Navarro junto al sacerdote Javier González (vicario parroquial de Santiago) recibieron la bendición ante la primera experiencia misionera que realizarán junto al diacono Carlos Crespo, que les llevará hasta Picota en la región amazónica del norte de Perú.

La Eucaristía estuvo presidida por Florencio Muñoz, párroco de San Francisco Solano, y concelebrada por Fernando Suárez, rector de la Basílica y párroco de Santiago, y por el propio Javier González. Durante la celebración, se encomendó especialmente a los cuatro misioneros, que partirán desde Montilla «para ejercer la caridad y vivir el amor con los más necesitados».

En su homilía, Florencio Muñoz les recordó Ante las dificultades y el cansancio, tened siempre como centro el amor». También les pidió realizar una labor misionera humilde, silenciosa y sencilla: «No vais a anunciaros a vosotros mismos, vais a anunciar el Evangelio y a Jesucristo. Él es el verdadero protagonista”.

Por último les recordó que «no vais solos. Os acompaña quien también es vuestro paisano: San Francisco Solano. Llevad siempre con vosotros su testimonio, su amor y su humildad”.

Envio de los misioneros

Los misioneros que parten desde Montilla afrontan el viaje «con mucha ilusión y ganas», aseguran que es «un deseo que llevamos en el corazón». No obstante, reconocen el respeto que les impone el reto: “Sabemos que somos instrumentos de Dios». Durante los últimos meses, se han estado preparando a a profundizando espiritualmente en el sentido y responsabilidad de la misión que les espera.

La expedición partirá el 1 de julio rumbo a Picota, en la provincia del departamento de San Martín, una zona enclavada en plena selva amazónica, con más de 40.000 habitantes. Allí, en el marco de la Prelatura de Moyobamba, la Diócesis de Córdoba mantiene un puente misionero activo desde hace años. En esta misión permanente colaboran sacerdotes cordobeses, seminaristas y laicos, que cada año viajan desde Córdoba para compartir su fe y compromiso cristiano con las comunidades locales.

El pasado 1 de junio fue la misa de envio presidida por el Obispo de Córdoba en la Santa Iglesia Catedral. Este año Perú, Argentina y Paraguay son los países que recibirán a los treinta y nueve misioneros de la diócesis de Córdoba que participarán en distintas misiones.

Fotos: Carmen Navarro y NuestraVoz.