
“Gloria al amontillado, Gloria a Poe” así brindaron los cofrades durante el acto en el que han conmemorado la celebración del nacimiento de Poe (19 de enero 1809).
En el tránsito entre el día 18 y 19 de enero y organizado por la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla, ha tenido lugar el segundo homenaje al escritor Edgar Allan Poe, autor del relato El barril de amontillado, que el pasado año ya fue nombrado por esta cofradía como Embajador Universal del vino Amontillado.
Presidido por el alcalde, Rafael Llamas, un nutrido grupo de cofrades se reunió en la bodega de Casa Palop, (histórico edificio que fue Colegio Jesuita y posteriormente Convento Franciscano) para homenajear a Poe y simultáneamente al vino amontillado (uno de los primeros vinos de este tipo se elaboraría en dicha bodega en el siglo XVI).
Con el fragmento del Gloria de la Misa de Coronación de Mozart (que simbolizaba el gozo por el nacimiento del afamado escritor), los cofrades procedieron a la entrada en la bodega uniformados con traje oscuro y la medalla para celebrar este acto íntimo y exclusivo.
El maestro de ceremonias, cofrade Envero, condujo el acto concediendo la palabra al cofrade Rociador quien tras dar la bienvenida a su bodega familiar, ofreció algunos datos de la historia de este edificio desde sus orígenes como hospital y colegio jesuita, después convento franciscano y, tras la desamortización de Mendizábal, lagareta, bodega y bar, hasta hace unas décadas.
Seguidamente el cofrade Palo Cortado el oficiante del acto, destacó la importancia del binomio Poe-amontillado y pronunció tres brindis que corearon los cofrades y cuyo final fue “Gloria al amontillado, Gloria a Poe”. Una de las razones que indicó Palo Cortado en su discurso para concluir su tesis sobre el barril de amontillado fue que “… para tratar de la máxima credibilidad a la proposición de Montresor a Fortunato para cumplir su venganza, Poe se aseguró de elegir un vino excelso y escaso, capaz de excitar y obnubilar la mente de Fortunato, hasta el punto de hacerlo bajar, en una atmósfera claustrofóbica, por pasadizos oscuros e insalubres, movido por el deseo de probar un vino de tal calidad y rareza, ese vino era nuestro amontillado”.

Ya desde el año pasado, el espíritu de Poe figura en una bota marcada con el número 80 en esta bodega que, así mismo acogió este acto, y, para subrayar esta simbología fue el cofrade Pajuela quien explicó la razón por la que es Montilla y esta bodega la que ha de tener este reconocimiento, sentenciando que es “… el lugar donde estamos el único e inmejorable para recrear la historia que cuenta Edgar Allan Poe”.
Una vez cerrado el acto por el Alcalde, un grupo de cofrades bajó al pasadizo donde se encuentra una lápida que simula la que sirvió de sepultura para Poe, al son de la marcha fúnebre de Chopin, para depositar en ella una rosa negra y una botella de amontillado.

Un acto solemne y culto que sintoniza con los principios que rigen a la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla; de defender la cultura y el patrimonio vitivinícola montillano, al ser el vino amontillado uno de sus principales estandartes.
Información: Cofrade Andana. Secretario de la Cofradía
Fotografías: Javier Portero Vela.