En plena conmemoración del V Centenario de la fundación del Monasterio de Santa Clara, Montilla ha vivido días intensos de fe con los cultos y actos especiales en honor al Padre de Familia, una venerada y milagrosa imagen ligada al convento desde hace cerca de cuatro siglos. Este crucificado, que llegó a la ciudad en 1633 tras presidir varias sesiones del Concilio de Trento, ha sido el centro de una novena solemne que culminó el sábado con su salida procesional, uno de los momentos más emotivos del Año Jubilar, acompañada por cientos de devotos por las calles del entorno del monasterio.

El cortejo, acompañado musicalmente por la Agrupación Musical La Unión, recorrió varias calles del entorno de Santa Clara: Pozo Dulce, Aleluya, Alta y Baja, San Luis, San Juan de Dios o el Llano de Palacio, para detenerse bajo el Arco de Santa Clara, antes de entrar al templo.

A su llegada, las hermanas clarisas esperaban al Padre de Familias para alumbrar su paso y recibirlo con recogimiento. 

A su llegada, las hermanas clarisas esperaban al Cristo para alumbrar su paso y recibirlo con recogimiento. En el interior de la iglesia pudieron venerar las reliquias del Lignum Crucis y una espina de la corona de Cristo

Una devoción centenaria

Las clarisas de Montilla, siguiendo una tradición que se remonta siglos atrás, trasladan cada mes de septiembre la imagen del Padre de Familias desde el interior del monasterio hasta la iglesia, coincidiendo con la fiesta de la Exaltación de la Cruz (14 de septiembre). Este año, el traslado tuvo lugar el 8 de septiembre, y de forma excepcional, debido al Año Jubilar, la imagen permanecerá expuesta durante todo el mes en la iglesia de Santa Clara, tal y como anunció el hermano mayor, José Antonio Trapero.

Además, se ha habilitado una apertura especial de la iglesia cada miércoles, desde las 9:30 hasta las 21:30 horas, para permitir a los fieles rezar ante el Señor y ganar las indulgencias plenarias concedidas por la Santa Sede con motivo del centenario.

Foto Miguel Navarro

Un Cristo con historia

Según recogen las crónicas, la imagen fue enviada en 1633 al Monasterio de Santa Clara por Fray Payo Afán de Rivera, tras haber presidido algunas sesiones del Concilio de Trento, como regalo a su hermana Sor Ana de la Cruz Rivera, religiosa de este convento. Desde entonces, el Padre de Familia ha sido objeto de profunda devoción por parte de numerosas generaciones de montillanos.

Con actos como este, Montilla vuelve a poner en valor una parte esencial de su patrimonio espiritual e histórico, en el contexto de un centenario que está sirviendo para acercar al pueblo la gran religiosidad de nuestro monasterio de Santa Clara.

Fotos: Chema Garrido Mármol, Miguel Navarro y NuestraVoz