En una jornada marcada por tormentas y lluvias, las hermandades siguieron de cerca las previsiones meteorológicas que anticipaban una mejora por la noche. La Vera Cruz y la Humildad pidieron dos prórrogas de 30 minutos y acortaron sus recorridos, mientras que la Santa Cena optó por mantener su horario e itinerario completo. Finalmente, las tres hermandades pudieron salir en una noche fría, pero llena de emoción y belleza.

La Franciscana Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano realizó su salida procesional a las 21:15 h, llevando consigo el mensaje de las virtudes franciscanas por las calles de Montilla.

Con un cortejo cuidadosamente organizado, la hermandad desfiló portando numerosos símbolos de identidad, entre ellos un singular estandarte franciscano. Esta pieza, cargada de significado, fue un regalo del Grupo de Teatro San Francisco Solano tras el estreno de la obra Francisco de Asís, subrayando así la profunda conexión entre la devoción y la cultura local.

Uno de los momentos más sobrecogedores se vivió al inicio y final de la estación de penitencia, cuando los dos pasos —que se desplazan a ras de suelo— lograron superar con destreza el bello atrio de columnas de la Parroquia de El Santo. Esta maniobra, tan compleja como emotiva, permite a los fieles contemplar de cerca al Señor de la Humildad y a la Virgen de la Caridad, convirtiéndose en una de las escenas más esperadas por los devotos.

La jornada estuvo marcada por varias novedades. La Banda de Música del Nazareno de Almogía estrenó para la Virgen la emotiva marcha En tus Tristezas, Caridad, compuesta por Juan Alberto Gómez. Por su parte, la Agrupación Musical “La Unión” ofreció por primera vez la obra Hvmilitas Dei, una creación de Carlos Ramírez Raya dedicada al Señor de la Humildad. También se estrenaron los nuevos cordones franciscanos de los nazarenos, elaborados artesanalmente por las Hermanas Clarisas de Montilla.

Aunque la hermandad decidió acortar el recorrido previsto, la procesión dejó estampas memorables en enclaves tan emblemáticos como las calles Alta y Baja, Aleluya o Virgen del Carmen. En cada rincón, la cofradía supo esparcir con recogimiento y solemnidad el espíritu franciscano que la define.