Antonio Herrador Navarro, un gran hombre en todos los sentidos, ha fallecido a los 91 años. Carpintero muy reconocido, fue siempre un gran artista y artesano de la madera, trabajó para numerosas hermandades, así como en la restauración de retablos, imágenes, y enseres.

Su afición a la música le llevo a formar parte de la Coral Montillana de AA.AA de Don Bosco, de la Rondalla de Don Antonio Ferrete, además de otros coros. Siempre recordaremos su voz clara y melodiosa entonando las coplas de los patronos.

Hermano mayor durante muchos años de la Pontificia Hermandad del Santo Entierro y miembro de la Junta de gobierno de la Hermandad de los patronos San Francisco Solano y Ntra. Sra. de la Aurora, Antonio trabajó y ayudó a todas las hermandades de pasión y gloria que en algún momento necesitaron de sus amplios conocimientos.

Junto a su mujer, Aurora Ponferrada, hicieron durante muchos años un tamden casi perfecto, ella cosiendo y arreglando el ajuar y él vistiendo de manera ejemplar a las imágenes de María. Fueron mayordomo y camarera de la Virgen de la Estrella, de la Hermandad de la Santa Cena, a la que siempre tuvieron gran devoción

La Agrupación de Cofradías le reconoció en 2011 con el II Premio Cofrade Ejemplar por su entrega total a la Semana Santa, y la Asociación de Artesanos ‘Solano Salido’ le hizo entrega del Premio ‘Artesano del Año’ en 2018 .

Antonio Herrador fue una persona muy apreciada, un excelente padre de familia y mejor abuelo. Padre de Manolo, Rosa, Antonio y Aurora, y abuelo de cuatro nietas y nietos, supo transmitir a sus hijos la pasión por la madera y el cariño a Montilla y a las hermandades, que siguen contando con la familia Herrador para sus trabajos.

La historia de Antonio siempre ha estado ligada a la carpintería, con apenas 11 años, inició su andadura en el noble oficio de carpintero junto a Luis Cabello, que tenía su taller en la calle Zarzuela Alta, muy cerca del domicilio de Antonio. Allí comenzó a relacionarse con otros profesionales del gremio y realizó sus primeros trabajos.

Tres años después se instaló en una pequeña habitación de su vivienda familiar y con mucho esfuerzo consiguió sus primeras herramientas, aunque para los trabajos que necesitaba el empleo de maquinaria, se desplazaba al taller de los hermanos Leal, en la calle Puerta de Aguilar, donde poco a poco aprendió el oficio y creció como profesional.

En 1960 contrajo matrimonio con Aurorita Ponferrada y fueron a vivir provisionalmente a casa de su mujer en la calle Las Salas y es allí donde compra sus primeras máquinas. Un año después se trasladaron definitivamente a la calle Palomar, donde puso en marcha el taller que hoy llevan sus hijos y  al que diariamente acudía para respirar el aroma a la madera, su gran pasión.

Durante mucho tiempo, junto a Agustín Leiva y Pepe Moyano, estuvo al frente de la Hermandad de San José, que agrupaba a todos los carpinteros de Montilla.

Toda una vida ligado a la carpintería, en la que realizó muebles y trabajos de todo tipo. Destacan los realizados a hermandades y cofradías de Montilla y de Espejo, para los que diseñó y creó pasos, ciriales, cruces de guía, candelabros arbóreos, altares. A lo que se suma numerosos trabajos de restauración.

Además de su pasión por la madera, y quizá como una vocación tardía, se interesó por el modelado en barro, que aprendió ya en su jubilación en los cursos de la asociación de artesanos.

Antonio fue siempre un enamorado de toda expresión artística e hizo de la artesanía en madera su profesión y su vida. Una pasión que ha sabido transmitir a sus hijos, los Hermanos Herrador, que continúan la tradición familiar y que han tenido en su padre al mejor maestro.

El funeral se celebrará el viernes 29 a las 10:00 en la Parroquia de San Francisco Solano.

¡Descanse en Paz!.

Desde NuestraVoz nos sumamos al dolor de su familia y amigos.

Fotos: Familia Herrador