Su cariño por Montilla lo dejó patente «cumpliré mis votos en presencia de todo el pueblo de Montilla, os llevo en mi corazón haciendo mías vuestras alegrías, tristezas y dolores, sois mi pueblo».

La madre Vicaria de la comunidad de Clarisas de Montilla, Sor María Jesús Blanco Escobar, ha celebrado sus Bodas de Platino en una alegre ceremonia religiosa en la que ha estado rodeada de familiares, amigos del convento junto a numerosas clarisas de Sevilla y Belalcázar, algunas Concepcionistas y franciscanos de la Cruz Blanca, Cistercienses y capuchinos.

La Eucaristía de acción de gracias, por el 66 aniversario de su profesión, estuvo presidida por el franciscano Francisco Pérez Hermoso, que concelebró con un buen número de sacerdotes de las parroquias de Montilla.

La alegre ceremonia cargada de bellos y cuidados rituales se convirtió en un hermanamiento con las religiosas de Kenia que regalaron y compartieron con su hermana las danzas y cantos litúrgicos.

La salida del interior del convento se hizo por el coro bajo en una procesión en la que Sor María Jesús fue acompañada por sus hermanas, sacerdotes y padrinos.

Salida del interior del monasterio

La Vicaria, durante muchos años abadesa y máxima responsable del monasterio de Montilla renovó su profesión religiosa “Hago voto de seguir todo el tiempo de mi vida en obediencia, pobreza, castidad y clausura según las reglas de Santa Clara”, los votos fueron recibidos por Fray Francisco Pérez.

Renovación de los votos

En la homilía el sacerdote franciscano hizo una acción de gracias «por la vida entregada de Sor María Jesús a la vida contemplativa evangelizando y mirando al mundo desde el silencio».

Se refirió al paso que dio la religiosa para traer a  jóvenes religiosas de Kenia y con ello a revitalizar el convento de Montilla y a crear una comunidad en tierras africanas.

Un acto cargado de simbolismo
La religiosa junto a sus padrinos

La hermana María Jesús tomo la palabra para agradecer y ofrecer su vida “te ofrezco mi vida señor y cumpliré mis votos en presencia de todo el pueblo de Montilla, os llevo en mi corazón haciendo mías vuestras alegrías, tristezas y dolores, sois mi pueblo».

Agradeció a sus hermanas, con las que ha vivido el gran don de la fraternidad en una diversidad de dones y de culturas y la presencia de religiosas, sacerdotes, familiares.

Palabras de María Jesús Blanco

Como final de la renovación de su profesión religiosa, compartió uno de los bailes litúrgicos con sus hermanas.

Baile litúrgico
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¡FELICIDADES! Hermana María de Jesús