Semillas, artesanía y actividades familiares protagonizan el II Mercado de Semillas y Saberes de Montilla.

Montilla ha celebrado una nueva edición del Mercado de Semillas y Saberes, un encuentro comunitario que volvió a convertir el Mercado de Abastos en un espacio de intercambio, aprendizaje y convivencia en torno a la biodiversidad, la cultura agrícola y la artesanía local. Tras el éxito de su primera edición en 2024, la cita se consolida como uno de los eventos más significativos del calendario local para quienes apuestan por la sostenibilidad, la memoria agrícola y el cuidado del territorio.

El evento está impulsado por la Fundación Somos Naturaleza, en colaboración con el Ayuntamiento de Montilla, la Asociación de Ecohuertos Montillanos La Toba, la Plaza de Abastos y numerosos proyectos locales comprometidos con la conservación del patrimonio natural y cultural.

Durante la presentación, Mercedes García de Vinuesa, directora de la Fundación Somos Naturaleza, destacó el carácter comunitario y vivo del proyecto: “Este mercado es la celebración de dos años de trabajo continuo en la conservación de la biodiversidad de Montilla. Hemos creado un espacio de cultivo exclusivo en La Toba donde sembramos y estudiamos semillas tradicionales, analizando su resistencia al cambio climático y su adaptación a nuestro territorio”.

Indicó además que el proyecto va más allá del ámbito agrícola: “Si no educamos a los más pequeños, no lograremos un cambio transformador. Por eso llevamos las semillas a los colegios y trabajamos con kits educativos, porque la semilla es algo vivo y debe seguir circulando”.

Mercedes García de Vinuesa

Intercambio de semillas y memoria agrícola

El corazón del Mercado de Semillas y Saberes ha sido el intercambio de semillas tradicionales, una práctica que permite conservar variedades locales y fortalecer el Banco de Semillas Comunitario de Montilla, que ya cuenta con una base de datos de 160 variedades. Vecinos y visitantes pudieron aportar semillas, intercambiarlas o recibirlas para comenzar a cultivarlas, convirtiéndose así en “guardianes del legado”, como se indicó desde la Fundación, “No queremos que este banco de semillas sea de una entidad concreta, sino de todos y de todas, porque es patrimonio de Montilla”.

Mercedes García de Vinuesa

Por su parte, la teniente de alcalde de Cultura, Soledad Raya, puso en valor la dimensión cultural del mercado y su conexión con la artesanía: “Este proyecto no solo protege el patrimonio vegetal, sino también el legado cultural y manual. Es fundamental que sepamos conservarlo y transmitirlo de generación en generación, porque si ese saber no se transmite, se pierde”.

Raya destacó también el papel del Ayuntamiento en el impulso de esta iniciativa: “Era imprescindible apoyar un proyecto así. Detrás hay mucho trabajo y compromiso, y además da vida al mercado y a la plaza, que hoy luce llena de actividad y participación”.

Soledad Raya

Huertos, familias y compromiso con la tierra

Desde la Asociación de Ecohuertos Montillanos La Toba, su presidente Juan Criado recordó los orígenes del proyecto y su dimensión educativa: “Empezamos hace años porque vimos que muchos niños no sabían de dónde venían las frutas y las verduras. Pensaban que salían del supermercado. El huerto se convirtió en una herramienta educativa y de concienciación”.

Criado explicó que actualmente la asociación cuenta con 47 socios, huertos de autoconsumo y una apuesta clara por la agricultura ecológica: “Trabajamos con semillas autóctonas que se adaptan a nuestro clima extremo. La respuesta ciudadana es muy buena: todos los huertos están ocupados y hay lista de espera”.

Juan Criado

Además del intercambio de semillas, el Mercado de Semillas y Saberes ofreció una programación continua de talleres, actividades divulgativas y propuestas familiares, así como puestos de artesanía y productos locales, reforzando el vínculo entre agricultura, cultura y economía local.

Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para reconectar a la ciudadanía con la tierra, los saberes tradicionales y la producción sostenible, demostrando que cuidar las semillas es también cuidar la identidad, la memoria y el futuro de Montilla.