En un momento en el que la tendencia es callar para no meterse en problemas —aunque luego nos quejemos de que las cosas no son como deberían ser—, esta columna de opinión lanza una llamada necesaria: dejar de mirar hacia otro lado ante el mal uso que algunas personas hacen de la ayuda social.

Paco Llopis, responsable de la gestión alimentaria de la Parroquia de Santiago, denuncia las injusticias que nacen tanto del abuso como de la indiferencia y nos recuerda, con firmeza, que nuestro silencio también nos convierte en cómplices.

La Opinión con la Voz y la Firma de Paco Llopis:

La Opinión con Paco Llopis

Os dejamos el texto de “Gritos silenciosos que no pueden ser ignorados”

La tendencia que muchas veces tenemos, ante evidencias, es callar para no meterme en problemas, posteriormente nos quejamos de que las cosas no son como debe ser y ya para terminar, sale del fondo, esa cobardía y el autoconvencimiento de que así es mejor…para qué complicarse la vida….

Esta postura no puede ser “lo normal” si queremos acabar con situaciones que no nos gustan. Es necesario dirigirse a quien corresponde y en su caso, pedirle, si es su competencia, soluciones a las situaciones.

En la parte que nos corresponde y que está relacionada con la Ayuda a los demás es necesario utilizar la caridad, pero caridad justa, caridad para quien la necesita y eliminar esas conductas que se han normalizado en personas que mal utilizan los recursos disponibles y donde justos pagan por pecadores.

Desde hace tiempo, se viene trabajando en una tarea difícil y compleja de dar a cada uno lo que necesita, en función de su situación personal, social y económica , en un laberinto de realidades y ficciones, de verdades y no verdades, de quienes sí y no tienen derecho a la ayuda que reciben, a sabiendas que algunos engañan, tergiversan la realidad , juegan con las Instituciones, revolotean entorno a quienes pueden ablandar el corazón o quienes se han acostumbrado a pedir ayuda ,entre otras cosas, por la comodidad que supone el que me den y así me ahorro, tener que hacer, asumir unas normas comunes de funcionamiento o sepa Dios por qué.

En esta tarea estamos las parroquias, responsables y voluntariado, Asuntos sociales a través de las personas que se dedican a ofrecer este tipo de ayudas, amplias, variadas y desconocidas para el público en general, solicitando que la ciudadanía, es decir, tú, te impliques también, guardando en todo momento tu privacidad, pero dirigiéndote a quienes corresponden en cada caso. De no ser así, el tema que nos ocupa tiene difícil solución y no podemos echar la culpa a las Instituciones, grupos, asociaciones O.N.G, que hacen una labor ejemplar, siempre mejorable, pero ejemplar. Si te “pringas” lo mismo avanzamos, si no, no tendremos derecho a quejarnos, porque seremos cómplices con nuestro silencio.

A veces la limosna, genera más limosna y si no se sabe con quién, es posible, que, por acallar nuestra conciencia, no estemos haciendo ningún favor, sino más bien, prolongando y acostumbrando a algunos a que reciban, un día y otro día.

A quienes realmente les hace falta y lo necesitan, se les va a ayudar y sin duda, se les ayuda, en la medida de las posibilidades, pero ya es hora de ir diciendo, a quienes hacen un uso indebido o inadecuado, que ya basta, que se dirijan a los organismos que tienen competencia para ello y si les corresponde, ya lo harán.

Lo que no es de recibo es ir pidiendo de sitio en sitio e incluso exigir un donativo, una limosna, por parte de personas que diariamente se codean con nosotros, poner mala cara, si no les das en incluso recibir algún tipo de insulto, ante tu negativa.

Aquellos que realmente necesitan, lo tienen y para ello hay mecanismos y en ello estamos, los anteriormente referidos, con el fin de ir reciclando, actualizando datos, informes, situaciones, casos concretos y no nos falta empeño para ello. Pero necesitamos de esa ayuda que solicitamos de los ciudadanos, de ti, para evitar situaciones de injusticia. No olvidemos que la Caridad tiene que ir unida a la Justicia, si no, en vez de hacer caridad, estamos propiciando la piratería, el pillaje y el hacernos “más imbéciles” de lo que ya algunos creen.

Los responsables de cada sector, nos hemos puesto “manos a la obra” pero tú, no puedes ser anónimo, espectador, sino protagonista, siempre guardando tu privacidad y ofreciendo datos concretos y no suposiciones…eso de que “me han dicho que…” …no vale…y si lo has visto, dirígete a quien corresponde y lo manifiestas, utilizando las formas y los modos establecidos.

Los que no van a quedar sin atender, son quienes sí tienen necesidades, cumplen con unos requisitos determinados y están en que se denomina exclusión social o situación de pobreza. Por desgracia, por su situación social, por sus propias decisiones, tienen problemas psicológicos, que derivan en muchas ocasiones en adicciones y a una vida totalmente desestructurada. Ojalá no nos toque a ninguno vernos en esas circunstancias. ¡Son los que realmente SÍ necesitan, al margen de quienes necesitan un apoyo determinado o aquellos que están acostumbrados a pedir, haciendo de esto, un tipo de vida!.

Igualmente están aquellos que solicitan sin necesidad y como hemos dicho, no hacen un uso adecuado de los mecanismos establecidos para conseguir el fin de vivir a consta de otros.

Hay mucha gente voluntaria implicada y sólo por respeto a su esfuerzo, dedicación y entrega, es necesario ir afinando cada vez más en este aspecto. A veces, también opinamos sin saber e imaginamos, sin tener datos concretos. Otras veces, hay quienes se aprovechan de las circunstancias y es de todos conocido.

Si queremos avanzar y merece la pena hacerlo, hay que implicarse e ir un poco más allá de la crítica. Muchas veces con razón, otras, no tanto. Hay que hablar, donde hay que hablar, además de referirlo en infinidad de lugares.

Cada caso es un mundo, pero ojalá que nunca nos veamos en situaciones parecidas o iguales.

¡COLABORA Y NO HAGAS QUE TU SILENCIO TE HAGA CÓMPLICE DE SITUACIONES INJUSTAS!

Fdo. Francisco LlopisResponsable de la Gestión alimentaria Parroquia de Santiago.