El maestro Paco Llopis comparte con todos nosotros su pasión por la Educación y en esta columna nos habla de que “no todo sirve para alcanzar los objetivos o los fines propuestos y de que es necesario educar al alumnado, al profesorado y a los padres en criterios de eficacia y justicia, al mismo tiempo.
La Opinión con la Voz y la Firma de Paco Llopis:
Os dejamos el texto de la columna de opinión:
En Educación es esencial combinar el ser eficaz y ser justo
Para que este proceso sea garantía de éxito es necesario compaginar el ser eficaz y al mismo tiempo justo. Desgraciadamente podemos ser eficaces sin ser justos y es algo que predomina en un amplio sector de la población.
La experiencia en la Escuela me ha enseñado que no todo sirve para alcanzar los objetivos o los fines propuestos. Que los procedimientos son esenciales en la consecución de los fines y que es necesario educar al alumnado, al profesorado y a los padres en criterios de eficacia y justica, al mismo tiempo.
El problema, en la mayoría de las personas radica en el concepto, ya que, dependiendo del concepto sobre algo, de qué entendamos por ello, así es la reacción y la respuesta a cada situación.
Por ello, al utilizar el término eficacia, entiendo la forma de conseguir un objetivo, sin crear un problema mayor en todos los sentidos, siendo realista, sin ofrecer pautas o soluciones fantásticas y al mismo tiempo que, lo que propongamos, sea conseguible.
…. Podemos recoger las uvas de una plantación contratando a trabajadores, en un tiempo determinado y lo hacemos…estamos siendo eficaces.
….Podemos recoger las uvas en una plantación contratando a trabajadores , en un tiempo determinado y lo hacemos , pagando una cantidad adecuada, respetando los tiempos de descanso, estableciendo las medidas de seguridad de los mismos…estamos siendo eficaces y justos , al mismo tiempo.
En educación podemos acabar un temario por exigencia de unas directrices ordenadas en las leyes y órdenes que lo desarrollan …somos eficaces. Podemos finalizar el temario sin que el alumnado haya asimilado las competencias que se pretenden…. No somos justos.
En educación podemos resolver un conflicto, aplicando una sanción a un grupo…somos eficaces. Estamos metiendo en el problema y en la sanción que la acompaña a aquellos que no han participado en el problema…no estamos siendo justos.
En educación podemos poner parir al profesorado creando una corriente de opinión a través de las nuevas tecnologías. Es eficaz (en poco tiempo lo conseguimos) pero posiblemente no es justo porque las cosas se sacan fuera de contexto y no se utilizan los procedimientos adecuados para resolver los conflictos.
En las escuelas hay alumnado que interfiere permanente en el buen funcionamiento del centro y a pesar del esfuerzo del profesorado no se consigue lo que se pretende. Este alumnado se cree con derecho a todo, sin cumplir con sus obligaciones. Esto no es eficaz, ni justo.
Hay un alumnado concreto con una agresividad excesiva, que extiende estas conductas antisociales entre los compañeros, incitando a los mismos a que adopten estos comportamientos situando al maestro en una situación de indefensión absoluta.
Es necesario y justo educar en las nuevas tecnologías e innovar en las mismas, pero es igualmente justo y eficaz que este alumnado respete al profesorado y le de la autoridad que se merece. En esto hay que avanzar mucho y tomar medidas que lo amparen.
En educación podemos tomar decisiones tanto a nivel directivo, a nivel profesional, a nivel familiar, a nivel administrativo, a nivel institucional…eficaces (erradican el problema) pero no de forma justa.
Pensar en esta combinación, aunque ciertamente lo intentamos, es una combinación perfecta para conseguir que este proceso sea garantía de éxito. En la escuela, en ese espacio, no todos los que opinan tienen ni la formación, ni el conocimiento, ni la psicología, ni la pedagogía, ni la Didáctica …para hacer que en la escuela las cosas sean los más eficaces y justas al mismo tiempo.
En el día a día, todo esto es aplicable en cada contexto y en cada sector en el que nos podemos mover, aunque mi reflexión esté centrada siempre en sector educativo.
Podemos contar mentiras “por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas” pero en educación es arriesgado hacerlo porque, entre otras cosas, el alumnado que se forma no quiere que le cuenten “cuentos”, sino que les enseñen a ser competentes para resolver los problemas del día a día, y hacer correctamente las “cuentas” aunque lo primero, es lo más fácil y no por ello ni eficaz, ni justo, a pesar de que haya un alumnado disruptivo que en nada beneficia al buen funcionamiento de los centros. Aquí las familias deberíamos trabajar mucho en casa para que la escuela no sea el lugar de desfogue de estas conductas agresivas, aprendidas en la “Escuela paralela”. Existen muchas variables y muchos tipos de familias, pero si sería necesario, aumentar el nivel de complicidad entre las mismas y la escuela. Así se contribuiría a actuar de forma más eficaz y justa. El sentido que demos depende en gran medida de las familias y de las líneas marcadas en el seno de ellas y que trasmitimos, consciente o inconscientemente a los hijos/as.
Ya lo decía un proverbio: Pregunta y parecerás” tonto” por cinco minutos. No preguntes y posiblemente serás” imbécil” toda tu vida. Es más justo informarse para poder ser, cada vez, más justos en nuestras opiniones y en nuestras actuaciones. En Educación, al menos, es muy importante, al igual que en cualquier otra faceta de la vida.
Paco Llopis. Maestro