La 69ª Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles se dedica a la cultura
La Fiesta de la Vendimia 2024 quedará marcada para la historia por sus lazos con la cultura a través del teatro, gracias al dramaturgo montillano Juan Carlos Rubio al que se ha homenajeado en la fiesta, como pregonero y capataz de Honor, por el compromiso y la pasión con su tierra
El acto central de la 69ª edición de la Fiesta, celebrado en las centenarias Bodegas Pérez Barquero, templo del vino donde se produce la maravillosa metamorfosis que convierte, cada vendimia, el fruto de la vid en el más preciado vino, reunió a numerosas personalidades del mundo de la vid y el vino, de la cultura y de la política para celebrar los actos institucionales de la fiesta, organizados por el Ayuntamiento de Montilla, la Hermandad de la Santa Cena y Ntra. Sra. de las Viñas y el Consejo Regulador Montilla-Moriles como homenaje a la tierra y a la vid que nos ofrece un vio singular y único.
La protocolaria llegada de los vendimiadores mayores y de honor, seguida de la entrada de la Cofradía de la Viña y el Vino, capataces de honor salientes y de los capataces de Campo y Bodega, abrieron el acto para dar paso al primer brindis de la Fiesta reservado para los jóvenes vendimiadores Mayores Carmen García y Manuel Pérez.
Seguidamente llegó el momento esperado de escuchar y al dramaturgo montilllano Juan Carlos Rubio, un gran embajador de su tierra que nunca ha olvidado sus raíces y que tras ser presentado por el periodista Juan Pablo Bellido, tomo la palabra lleno de emoción para hacer un primer brindis y confesar que “nunca, en toda mi carrera, escribir algo me ha costado tanto esfuerzo y, al mismo tiempo, nunca escribir algo me ha resultado tan placentero. Esfuerzo y placer, dos sensaciones tan opuestas, enemigas incluso”, aunque es “la combinación imprescindible para que, un año más, estemos aquí celebrando esta mágica fiesta de la vendimia. ¿Qué es el vino sino la suma del gigantesco ESFUERZO /PLACER..
Se refirió en su relato al Vino y al Teatro, “fue la caricia de una copa de vino, tras la llamada de ofrecimiento del alcalde, Rafael Llamas”, contó el dramaturgo, la que lo invitó a buscar los paralelismos entre el vino y el libreto teatral. Y así fue como recordó a poetas griegos, presentes en los inicios del teatro, como grandes elogiadores también de estos frutos de la tierra.
Juan Carlos Rubio se preguntó ¿Se puede ser montillano aunque no vivas en esta tierra? Y pronto retrocedió en el tiempo para representarse en el Madrid de la década de los 70, a donde llegó con su familia en busca de futuro como tantos emigrantes del sur. Situó en ese momento su homenaje a los taberneros y las taberneras, su padre y su tío Carlos lo fueron, en míticos establecimientos del vino en Montilla como el Bar Parada o la Incubadora del Paseo de las Mercedes. Recordó que aunque se afincaron en Madrid siempre volvieron a Montilla,
Juan Carlos Rubio reiteró ¿Puede uno SER cuando no ESTÁ?, y mira por dónde que, mi propia carrera, y de nuevo el vino, frontera con todos los ámbitos importantes de la existencia, el vino, hilo conductor de las emociones más profundas, me responde a ese delicado asunto”. Porque desde que nos marchamos a Madrid, en 1971, en mi casa, les puedo jurar que no solo en Nochebuena, no, todos y cada uno de los días y noches se bebió vino de Montilla.
“Y qué bien que sabe ese vino, cuando se bebe en tierra extraña… Y aunque Madrid fuera, ES, una tierra acogedora y a la que estoy profundamente agradecido, en mi familia siempre se respiró, se sintió, se amó, se discutió, se bebió al ritmo de Montilla.
Tras el pregón, que puso en pie al numeroso público que llenó el patio de las bodegas, el dramaturgo Juan Carlos Rubio, recogió de la Cofradía de la Viña y el Vino el testigo como Capataz de Honor para ligarse ya para siempre al vino y a la vendimia.
En un ritual muy tradicional el dramaturgo recibió el ripio con las responsabilidades de capataz de manos del capataz saliente, la cofradía de la Viña y el vino, representada por Miguel Cruz, Gran Maestre y en las palabras de los cofrades José Antonio Cerezo y Carmen Calvo, presidenta del Consejo de Estado, que se comprometieron de por vida a ser embajadores de los vinos. Seguidamente el flamante Capataz recibió la llave de la Bodega de la Casa del Inca en la que están representas todas las de la zona, de manos del Alcalde, Rafael Llamas y del Presidente del Consejo, Javier Martín y el título de Capataz de Honor de manos del Hermano Mayor de la Santa Cena y Ntra. Sra. de las Viñas José Luis Fernández.
El capítulo de nombramientos continuó con los reconocimientos de Capataz de Campo a Manuel Alférez, agricultor vinculado a la Cooperativa La Unión, y de Capataz de Bodega a José Luis Delgado, director técnico de Bodegas Delgado de Puente Genil en su 150 aniversario fundacional.
Rafael Llamas, alcalde de Montilla, fue el encargado de poner el broche final al acto. Dedicó palabras de elogio y agradecimiento al pregonero y Capataz de Honor. “Nuestra ciudad muestra su orgullo por incorporar a Juan Carlos Rubio entre las personalidades que de manera relevante han aceptado ser representantes de lo mejor de Montilla”, se mostró seguro de que “sin duda, tu condición de dramaturgo será una extraordinaria plataforma desde la que ejercer tu nuevo cargo de embajador, por España y el mundo, de los vinos de la Denominación de Origen Montilla-Moriles”.
Llamas recordó que el origen de la Fiesta de la Vendimia no es otro que “rendir el merecido homenaje y agradecimiento a todas esas personas, la gran mayoría anónimas, que, con su trabajo en las viñas, en los lagares y las bodegas hacen posible lo que hoy estamos celebrando”, representadas en parte por los capataces de campo y bodega “con ejemplares trayectorias profesionales”.
El acto que contó con Francisco Castro como venenciador, se cerró con un brindis.