El Alcalde ha confirmado que en el presupuesto de este mismo año se contempla la inversión para dotar los elementos del espacio escénico: graderío, escenario, etc., para cerrar el espacio escénico y poder darle uso cuanto antes”
Las obras del complejo Envidarte, cuyo proyecto comenzó a prepararse hace justo dos años, han llegado a su fin. Un espacio socio-cultural de 5.300 metros, distribuidos entre la recepción y dos naves para uso socio-cultural, una de las cuales incluye un espacio escénico para 700 espectadores. Estas obras, que han contado con un presupuesto de 1.736.618 euros, han sido financiadas a tres partes por el Ayuntamiento, los fondos FEDER de la Unión Europea como parte del programa EDUSI Imagina Montilla, y la Diputación de Córdoba a través del Plan Provincial de Cooperación a las Obras y Servicios.
Además, Rafael Llamas ha destacado que este espacio se convertirá en breve en un lugar de “referencia para el sur de la provincia de Córdoba y una oportunidad de desarrollo económico para el municipio, vinculada a las ferias comerciales, a la industria cultural y del ocio, y al servicio de los colectivos y asociaciones montillanas” para lo cual ya se está trabajando en una regulación para el uso.
En este sentido ha anunciado que en el presupuesto de este año “ya están incluidas las partidas para graderíos, escenarios y otros elementos necesarios para cerrar el espacio escénico y poder darle uso cuanto antes”.
Por su parte, Mara Portero, arquitecta directora de obra, se ha mostrado satisfecha con el resultado ya que “la obra de reforma se ajusta a lo programado y a la vez se ha incorporado algunos elementos que la mejoran, como una segunda puerta de cristal que elimina un muro en el fondo de la nave principal que iba cerrado, y que de esta forma se le ha dado una solución de apertura que aporta más luz natural al interior”. Además, se han incorporado elementos decorativos naturales como “unos olivos que se han plantado en el interior junto a una zona de jardín en la entrada principal”.
Espacio versátil y materiales a la última:
En los 5.300 m² totales, el edificio tiene una gran versatilidad para multitud de actividades. La arquitecta también ha destacado la importancia que ha tenido la acústica en el desarrollo del proyecto. “Para ello se ha construido un zócalo de ladrillo visto, a partir del cual continúan los paneles acústicos que forran los muros del recinto”. Y en el techo “se ha utilizado un panel sándwich con dos chapas, una en el exterior y otra en el interior que está perforada para que haya una mejor acústica”.
Sostenibilidad y eficiencia energética
Por su parte, José María Núñez, ingeniero industrial, ha explicado que uno de los criterios con los que se diseñó el complejo ha sido el de eficiencia energética, por lo que “se ha dotado al techo de paneles traslúcidos, salvo en la zona del espacio escénico, precisamente porque en estos casos lo que se busca es la ausencia de luz”. La iluminación del recinto es regulable, “en función al aporte de luz natural que exista, de manera que “ella sola se apagaría si no hiciera falta aporte adicional de luz artificial” y también “se han creado distintas escenas de luz en función a las necesidades que se requieran”.
Respecto del resto de instalaciones, Núñez ha destacado los exutorios del techo, “unas pestañas que tienen doble misión: aporte de ventilación natural al abrirse de forma manual y que se cierran solas en días de lluvia si hiciera falta y, que también sirven para liberar el humo en caso de incendio·
Por lo demás, el edificio mantiene su carácter industrial, con elementos a la vista que definen este estilo.
Para el arquitecto municipal Carlos Cobos el resultado ha sido muy satisfactorio con un gran espacio muy versátil para cualquier tipo de eventos.
El complejo de Envidarte ha quedado conformado por dos grandes naves una diáfana para realizar actividades de distinto tipo, y otra nave que se destinará a espacio escénico, Además de una zona de almacén y en la entrada principal una zona de recepción con administración y aseos.
