Se han renovado unos 60 metros de colector de la red de alcantarillado, que contaba con más de 50 años de antigüedad, para reducir el riesgo de averías y problemas en las conducciones.

La actuación forma parte del plan de sectorización de las redes de la ciudad. El dividir por sectores las infraestructuras hidráulicas permite reducir la probabilidad de cortes de suministro y acotar el lugar en el que se debe actuar.

Aguas de Montilla, empresa que gestiona el servicio de agua potable, alcantarillado y depuración en Montilla, continúa con su plan para la mejora y optimización de las redes de abastecimiento y de saneamiento de la ciudad, con el objetivo de lograr una gestión eficiente del servicio, la adaptación de las infraestructuras hidráulicas a los nuevos desafíos del cambio climático y la creación de un modelo de crecimiento sostenible. 

La última actuación finalizada por Aguas de Montilla se ha acometido en la calle Maestra Penagos, en la que se ha renovado un total de 60 metros de colector de la red de alcantarillado que contaban ya con más de 50 años de antigüedad. Unos trabajos con los que se busca reducir el riesgo de averías y problemas en las canalizaciones de saneamiento, así como aumentar el tiempo de vida útil de la infraestructura. 

Todo ello cuando sigue con su plan de sectorización de las redes de la ciudad. El dividir por sectores las infraestructuras hidráulicas permite mejorar la eficiencia del servicio. En primer lugar porque reduce la probabilidad de cortes de suministro, ya que para realizar cualquier reparación no solo acota de forma precisa el lugar en el que se debe actuar, sino que permite la reconducción del agua a través del resto de tramos.

Además, la sectorización posibilita la detección inmediata de fugas en las redes, al tener controlado por intervalos y de forma más precisa el caudal de cada zona, pudiendo hacer comparaciones. Algo que se complementa con la digitalización de los procesos para una monitorización y control de las redes de manera continua, de forma que se pueda actuar de manera inmediata, e incluso remota, para evitar las pérdidas de agua o planificar la mejora de las redes, al tener conocimiento constante del estado de las conducciones de agua.