
La pregonera del Barrio del Gran Capitán (Casas Nuevas) convirtió su relato en un canto a la infancia, a la vida vecinal y al espíritu solidario de la Montilla del siglo XX
En un pregón que hizo sonreír y llorar a partes iguales, Paca Salido tejió con palabras un viaje íntimo a la memoria de su barrio de infancia, Casas Nuevas, donde la vida se compartía entre juegos en la calle, braseros encendidos y una red de vecinos que eran familia.
Con imágenes llenas de ternura —como su madre calentando la ropa sobre el brasero o la vecina que le prestaba un cántaro—, Paquita reconstruyó una época de escasez vencida con ingenio y cariño. El sonido de la sirena de la bodega Alvear, que marcaba el ritmo de los días, simbolizó en su relato el orgullo del trabajo bien hecho y la dignidad de los oficios del vino.
Desde el inicio, dejó claro que su pregón no era un discurso al uso, sino un relato nacido del alma, en tercera persona, donde la niña Paquita se convierte en protagonista. Así narró cómo, con casi nueve años, cruzó los Arcos de la Puerta de Aguilar para mudarse al barrio nuevo, donde lo rural y lo urbano se entrelazaban entre bodegas, campos y sueños compartidos.
Entre anécdotas y recuerdos, dibujó un retrato colectivo de la Montilla de su infancia. Evocó lugares como la antigua plaza de abastos, el colegio de la Asunción, la taberna de su tía Erminia —una de las primeras mujeres taberneras— y personajes como Media Orejita, El Pirulo o el inolvidable Tío Chinga.
Recordó cómo llegaron en 1962 a una de las casas de los trabajadores de Alvear, ya que su padre fue «arrumbaor» de la bodega. Detalló la transformación urbana de la zona sur de Montilla, con la construcción del Patronato Felipe Rinaldi, los pisos del Gran Capitán, el ambulatorio, el Instituto Emilio Canalejo y la iglesia de la Asunción. Mención especial mereció el párroco don Antonio Gómez, a quien describió como “el padre del barrio”.
Pregón Paca Salido Rico:
Uno de los momentos más emotivos fue cuando recordó a sus hermanas Ana y María del Carmen, fallecidas siendo niñas. “Cada una en su piso, se fueron en silencio, de madrugada, acompañadas por mi madre… y por mí, también en silencio”, dijo, antes de dedicarles una de las imágenes más poéticas de la noche: “Otro ángel llegó allá donde fueran”.
También rindió homenaje a su madre, una mujer que soñó con estudiar medicina y acabó siendo “enfermera del alma para todos los suyos”.
El árbol, el amigo y la niña: Uno de los pasajes más conmovedores fue el relato de su amistad con un árbol del paseo, su confidente secreto, al que dedicó un poema: “Hasta hoy, nadie supo jamás de la complicidad de la niña y el árbol”.
El pregón estuvo salpicado de momentos cotidianos y entrañables: la peluquería de Julio, el cine Imperial, la mercería donde pidió bombones en lugar de botones, la churrería de Rosario, el paseo de los Monos con sus juegos y su estatua del Gran Capitán.

Como cierre, homenajeó a la vendimia y a los oficios del vino, invitando al escenario a trabajadores como Antonio Morales (arrumbador), Asunción Salido (trabajadora del campo), Eladia Durán (sabiduría del vino), José Luis Jiménez (tonelero) y Rafael Delgado,(comercial exportacion vinos) con los que brindó por la herencia vitivinícola de la tierra.



Nombramiento Socio de Honor:
El acto concluyó con la entrega del pregón 2024, pronunciado por Ángel Márquez Castro, y con el nombramiento de Francisco Pérez Pino como Socio de Honor por parte de la Asociación de Vecinos.


El presidente de la asociación de vecinos, Javier Nieto Márquez, anunció su retirada tras 25 años de implicación en la directiva, alertando sobre la falta de relevo generacional y participación vecinal. Agradeció el apoyo recibido durante su trayectoria al frente de la barriada del Gran Capitán.
El presidente de la Barriada del Gran Capitán, Javier Nieto Márquez, expresó su preocupación por el futuro de la asociación vecinal ante la creciente falta de implicación de los vecinos. En este contexto, anunció su decisión de dar un paso al lado tras 25 años formando parte de la directiva en distintos cargos. Como cierre a su mandato, quiso agradecer el apoyo de los colaboradores y miembros de la junta que, durante todo este tiempo, no han dudado en trabajar por el bien del barrio.

