Tras varios días de camino y peregrinación, nuestros jóvenes llegaron con ilusión a Roma, la Ciudad Eterna, dispuestos a vivir el Jubileo de la Esperanza con el corazón abierto a Dios y a los hermanos.

En la crónica que nos deja don Florencio Muñoz, párroco de San Francisco Solano, nos indica:

Cada día del Jubileo se nos ha invitado a contemplar la vida de un santo. Durante la jornada del 5º día de peregrinación, pudimos acercarnos a la vida de San Francisco de Asís, Santa Clara y el Beato Carlo Acutis. Para ello, nos desplazamos hasta Asís, para visitar el lugar donde se encuentran sus reliquias.

A media tarde nos trasladamos a la Ciudad Eterna, Roma, para instalarnos en el alojamiento que nos acogería durante estos días.

El 6º día de peregrinación comenzaba con la celebración de la Eucaristía, presidida por el obispo de Códoba, monseñor don Jesús Fernández. En la homilía expresó su gratitud y emoción ante la presencia de tantos jóvenes cordobeses. Tras la celebración, pudimos visitar la ciudad de Roma y contemplar la riqueza artística y eclesial que en ella hay.

Uno de los momentos más especiales de la tarde fue poder rezar ante la tumba del Papa Francisco, una experiencia de profunda emoción y recogimiento.

El 7º día de peregrinación, a primera hora de la mañana, nos dirigimos a la Plaza de San Pedro para cruzar la Puerta Santa y ganar el Jubileo. Vivimos este momento con hondos sentimientos de fe, acompañados de oraciones y cantos que nos unían.

Por la tarde participamos en la primera celebración del Jubileo de los Jóvenes, para la que nos unimos con otros jóvenes, sacerdotes y obispos de toda la Iglesia española.

La celebración constó de dos partes: una primera, con cantos y testimonios de jóvenes cristianos, y la segunda, la celebración de la Misa, presidida por don Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Crónica: Florencio Muñoz. Fotos: Laura Navarro