Los menores no reciben ayuda hasta que hay denuncia o condena, por lo que muchos crecen en un terreno hostil y en casas que no son sitios seguros para ellos.

Con motivo del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Área de la Mujer de Izquierda Unida de Montilla ha celebrado su tradicional charla-coloquio en la que, en esta ocasión, ha abordado las “Consecuencias psicológicas en hijos e hijas víctimas de violencia de género”.

Mª Luisa Rodas, coordinadora comarcal de IU y responsable del Área de Feminismo de IU y del PCA en Montilla, ha recordado que “en torno al 25 de noviembre llevan años realizando charlas formativas en las que vienen abordando distintos aspectos de la violencia hacia las mujeres “hemos tocado temas de igualdad, las consecuencias psicológicas,  jurídicas y todo el proceso de las victimas de violencia de género” aunque, ha indicado que “siempre queda suelto el eslabón más débil que son los hijos e hijas menores víctimas de violencia, y por ello se ha abordado este año”.

Declaraciones María Luisa Rodas

La conferencia-coloquio se celebró, el pasado martes, en el Salón del Niño Ríos y estuvo a cargo de Cristina Puentes Rodríguez, psicóloga experta en violencia de género y emergencias quien explicó que todo lo que pasa en la infancia va a determinar el desarrollo de los menores “trabajamos con los niños y niñas cuando la madre denuncia y hay condena y tratamos de ayudarles a paliar las consecuencias en la medida de lo posible. Aunque no se puede borrar lo que han vivido, si se les puede ayudar para que tengan las menores consecuencias a la hora de socializar” .

Los niños sufren ansiedad, miedo, pesadillas y un trauma complejo “ya que es un daño causado varias veces por personas que son referente para el menor y con la intención de causar daño, por lo que necesitan ayuda especializada”.

Cristina Puentes Rodríguez, psicóloga

Uno de los problemas que tienen estos menores es que las instituciones no les da atención hasta que no hay denuncia o condena, por lo que muchos menores crecen en un terreno hostil y en casas que no son sitios seguros para ellos.