Junto a ellas y como ‘Cofrades Aspirantes’ de la orden del “Cencerrón” forman parte de la cofradía Enrique Garrido, director gerente del Consejo Regulador, Juan y Antonio Adamuz, técnicos agrarios, empresarios y productores de vino, y Gonzalo Córdoba, psicopedagogo miembro del Grupo Pérez Barquero.
La Cofradía de la Viña y el Vino, celebró su Gran Capitulo, en Bodegas Alvear, un acto trascendente para el futuro de la Cofradía en el que se renovaron sus bases y aceptaron la incorporación de la mujer. La institución defensora de la cultura de la vid y el vino, aceptaron e invistieron a seis ‘Cofrades Aspirantes’, o ‘Cencerrones’, como les denomina esta institución, con el objetivo según indicó Manuel Jiménez del Pino, de ir actualizando y rejuveneciendo esta cofradía con “aquellos pretendientes, acólitos del vino que acrediten cualidades e interés para ser instruidos en la sensible materia de conocer, beber y difundir las excelencias de este patrimonio vitivinícola montillano”.
Por otro lado, han dado un paso muy necesario con la incorporación de la mujer a la cofradía, “así nos adaptamos a la realidad, en la que las mujeres se han abierto camino entre viñedos y bodegas y están aportando su saber al cultivo de la vid y a la elaboración de los vinos”. Para ello el Gran Capítulo ha aceptado a las primeras aspirantes a Cofrades, dos mujeres que continúan la saga de sus familias en el mundo de la vid y el vino, Carmen Giménez Alvear y Ángela Jiménez Luque-Romero”
El acto, con un atractivo ritual, se celebró en Bodegas Alvear donde los aspirantes tuvieron que exponer ante el Gran Capítulo los motivos por los que quieren pertenecer a la Cofradía, para seguidamente ser investidos y realizar la promesa de defender y promocionar el vino de la zona Montilla-Moriles.
Las dos primeras mujeres aspirantes a cofrades mostraron su satisfacción de poder romper el techo de cristal y los antiguos moldes de una cofradía que estaba formada solo por hombres
Carmen Giménez Alvear, presidenta de la ‘Fundación Alvear’ y como una gran defensora de la cultura y del patrimonio vitivinícola, que aspira a convertirse en la cofrade “Cuarterola de Amontillado”, mostró su deseo de formar parte de la Cofradía “como una oportunidad de romper el techo de cristal, como siempre lo han hecho las mujeres de la familia Alvear, y como homenaje a Sabina de Alvear, una adelantada a su tiempo con una gran formación financiera que viajo por Europa en numerosas ocasiones y mantuvo relaciones comerciales a nivel internacional contribuyendo al reconocimiento mundial del vino de montilla.
El nombre con el que ingresa en la cofradía es el de “Cuarterola de Amontillado”, el termino ‘cuarterola se debe a la forma en la que Sabina denominaba en sus cartas las botas de vino, y la palabra Amontillado, como una forma de reivindicar el origen montillano de este vino”.
Como presidenta de la ‘Fundación Alvear’ mostró su deseo de poder trabajar junto con la Cofradía y con instituciones como el Ayuntamiento de Montilla y la Universidad de Córdoba (UCO), para impulsar la Fundación Alvear porque dijo que “la historia de Alvear forma parte de la historia de Montilla y por ello se ha constituido la Fundación para digitalizar el archivo histórico de la familia y promover la investigación y difusión de su riqueza histórica”.
Por su parte, Ángela Jiménez Luque-Romero que aspira a convertirse en la cofrade “Tinaja”, es licenciada en Bellas Artes, empresaria que sigue la tradición familiar en el cultivo de la vid y en la elaboración de los vinos en Lagar Los Raigones, escritora interesada en la historia de los lagares. Ángela destacó “el honor, como mujer, de formar parte de este grupo que hasta ahora siempre ha estado formado exclusivamente por hombres, supone romper antiguos moldes y dar visibilidad a la mujer como parte integrante y activa en el mundo del vino en la zona”.
“La cofradía a lo largo de los años ha dado difusión y ha engrandecido la cultura del vino por ello, dijo Ángela, como parte de una saga de viticultores y bodegueros me siento orgullosa de esa labor y creo que es necesario seguir promocionando y defendiendo nuestros vinos ya que forman parte de nuestras vidas”.
Junto a ellas y como ‘Cofrades Aspirantes’ de la orden del “Cencerron” forman parte de la cofradía Enrique Garrido, director gerente del Consejo Regulador, Juan y Antonio Adamuz Técnicos agrarios, empresarios y productores de vino, y Gonzalo Córdoba psicopedagogo miembro del Grupo Pérez Barquero.
El Gran Capítulo de la Cofradía lo abrió Luis Giménez Alvear que dio la bienvenida y tuvo un recuerdo para Bosco de Alvear y lo cerró el alcalde Rafael Llamas que “dijo que la cofradía irá mejor teniendo al mando a dos mujeres, destaco el gran trabajo de la cofradía para poner de manifiesto la identidad de la zona. Con este acto la Cofradía de la Viña y el Vino impulsa su actividad hacia el futuro.