El vino de partida para la primera edición de Fresquito Vino de Pasto 2019 es ‘Fresquito de Tinaja’ de dicha cosecha, que pasó 9 meses en conos, 12 meses en bota”.

Pérez Barquero es la primera bodega de Montilla-Moriles que recupera la mención tradicional “Vino de Pasto” con la que la Denominación de Origen ampara los vinos con envejecimiento.

Bodegas Pérez Barquero se ha propuesto recuperar los vinos de pasto, la mención tradicional con la que la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ampara los vinos Blancos con Envejecimiento y que, en la actualidad, alude a vinos de calidad, con crianzas más cortas, marcados por su identidad y su conexión con su territorio de origen y destinados, fundamentalmente, a un consumo cotidiano.

De este modo, el grupo empresarial que dirige Rafael Córdoba se ha convertido en la primera bodega de Montilla-Moriles en recuperar este nombre antiguo que ha ido evolucionando con el paso de los años y que, hoy día, se utiliza para definir vinos más ligeros, que se consumen durante el almuerzo o en el aperitivo.

Es así como surge Fresquito Vino de Pasto, Producción Limitada, que resulta de rociar el Fresquito de Tinaja de Pérez Barquero en botas ubicadas en la zona más húmeda de la bodega, que previamente habían contenido vino fino, y que mantienen sus cabezuelas.

“Tras doce meses en bota, el vino se ha afinado y se ha redondeado durante un tiempo extra de reposo en botella, dando lugar a un vino de perfil más serio, salino, reflejo de las albarizas de la Sierra de Montilla de donde procede”, detalla la responsable de Marketing del Grupo Pérez Barquero, Adela Córdoba, quien subraya que “la tendencia actual es valorar, cada vez más, los vinos de terruño y la expresividad de la albariza”. También la bodega se considera parte de un ecosistema que distingue y hace vinos únicos. 

En palabras de Adela Córdoba, “Las dos especificidades más genuinas de nuestros finos son su graduación alcohólica natural y la crianza biológica bajo velo de flor. El nuevo Fresquito Vino de Pasto de Pérez Barquero destaca por su carácter gastronómico, aunando fruta y sensación sápida e invitando al disfrute diario; ha ganado en complejidad tras doce meses en botas viejas que conservaban las cabezuelas del vino fino que contenían previamente”, y significa también que “En el milagro de la crianza biológica intervienen tanto el velo de flor que cubre la superficie del vino como las cabezuelas, que son finos depósitos de las levaduras que precipitan y que se van acumulando en el fondo de la bota a lo largo de los años”.

Juan Márquez, enólogo del Grupo Pérez Barquero, corrobora que tanto el velo de flor como las cabezuelas aportarán al vino las características organolépticas propias de un Fino. “El contacto con flor y cabezuela, en crianza biológica, dota al vino, además, del potencial para una buena evolución en botella. Fresquito Vino de Pasto con la uva de la variedad Pedro Ximénez  es un Blanco con Envejecimiento, no es vino Fino – no llega al mínimo de dos años de crianza biológica mediante el sistema de criaderas y soleras -; tampoco pretendemos que lo sea: en este nuevo vino se busca aunar frescura, frutosidad y sapidez a un mismo tiempo.

El vino de partida para la primera edición de Fresquito Vino de Pasto 2019 es nuestro Fresquito de Tinaja de dicha cosecha, que pasó 9 meses en conos, 12 meses en bota”.

Seleccionado de tinajas tradicionales de la zona Montilla-Moriles, Fresquito Vino de Tinaja se embotella cada primavera, cuando el velo de flor que cubre el vino muestra su máxima expresión y le transfiere sus matices almendrados.

Pérez Barquero es la cabecera de un Grupo de empresas en el que se integran otras 3 Bodegas de las D.O. Montilla-Moriles: Gracia Hermanos, Compañía Vinícola del Sur y Tomás García.