
Antonio Márquez Requena, nombrado socio de honor por su apoyo a la barriada.
Con la llegada de mayo, Montilla se engalana para celebrar una de sus fiestas más emblemáticas. La Fiesta de la Cruz abrió anoche cuatro días de celebración con un emotivo acto de inauguración en el patio de La Silera.
La música de la Agrupación Musical La Unión y un brindis colectivo marcaron el arranque oficial de esta fiesta, organizada por la Asociación de Vecinos ‘La Silera’ y el Ayuntamiento de Montilla, que este año, gracias al calendario, cuenta con un día adicional de celebración.
Tras el encendido del alumbrado extraordinario, el baile flamenco puso el pórtico al pregón, con la magnífica actuación de Patricia Baena, acompañada por el cajón flamenco de Manuel Montilla, un lujo para la fiesta.

Seguidamente se inició el pregón, pronunciado por Joaquín Sánchez Ruiz, profesor de Francés, que ha vivido siempre en este barrio y evocó su infancia y juventud en un relato cargado de emoción y recuerdos.
Presentado por su buen amigo José Antonio de la Torre, se destacó su «implicación en la vida del barrio y de la parroquia de San Sebastián», a través del Movimiento Junior, así como su compromiso con Montilla como concejal en la legislatura del alcalde Antonio Carpio. «Siempre dispuesto a aprender y a formarse, su vida es un ejemplo de compromiso y gran corazón».

El pregonero evocó su infancia y juventud en el barrio de la Cruz y en su casa familiar de la calle de La Cruz. Joaquín Sánchez recordó con cariño las tres casas en las que creció y formó su familia, siempre dentro del barrio. Detalló recuerdos de la fiesta desde mediados de los años 70 y cómo era la vida vecinal en aquella época. Nombres de vecinas, amigos y familiares emocionaron a los asistentes.

Destacó que la Fiesta de la Cruz, desde sus orígenes, «ha servido para crear lazos de amistad y vecindad». En su pregón, dedicó un emotivo homenaje a los párrocos don Andrés Cabeza y don Juan Navas: “Ellos fueron personas centrales en el barrio, en la fiesta y en mi vida”. Señaló que “este barrio no puede entenderse sin la Parroquia de San Sebastián, con independencia de las creencias de cada uno, porque fue la parroquia la que le dio personalidad al barrio de la Cruz”.
Recordó también a Juan Navas, un joven sacerdote que se implicó con los jóvenes, con la fiesta y con el barrio, y que falleció demasiado pronto. Al trabajo incansable de la parroquia y los vecinos se sumó el del Ayuntamiento, que también se implicó en la celebración.

El pregonero fue rotundo al definir la Fiesta de la Cruz como “una fiesta singular que descansa en el trabajo y la disponibilidad de los vecinos; sin las personas que salen a la calle a poner banderitas, a decorar sus fachadas o a invitar a una copa y convivir, nada de esto tendría sentido”.

Cerró su pregón invitando a la ciudadanía a pasear por las calles adornadas: “Hoy comienza la Fiesta 2025 y nuestro barrio impregna con su aroma a toda Montilla. Doy gracias a todos los que contribuyeron y contribuyen a hacer de estas fiestas un encuentro de convivencia y vecindad, que esperemos siga así muchos años”.
Homenaje al socio de honor
La Asociación de Vecinos homenajeó a Antonio Márquez Requena como socio de honor por su compromiso con la vida comunitaria del barrio y su implicación con la Asociación, la Fiesta y la Hermandad de la Misericordia. El presidente, José Aguilar, destacó que han querido rendirle este homenaje en el último año de su junta.

El alcalde, Rafael Llamas, felicitó al pregonero, al socio de honor y tuvo palabras de reconocimiento al presidente de la Asociación de Vecinos ‘La Silera’ por haber mantenido la identidad del barrio, e indicó que “este barrio se está reactivando, está vivo y tiene unidad”. Deseó que se siga apostando por una fiesta que también es identidad de Montilla.

Desde el Paseo de Cervantes y San Sebastián hasta las laderas de San Agustín, el barrio se ha transformado con banderitas y flores que cruzan las calles de balcón a balcón. En total, 14 calles, 22 cruces y 36 fachadas decoradas competirán por los premios a las mejores ornamentaciones, en un ambiente de participación y orgullo vecinal.

